jueves, 23 de agosto de 2007
9:09 p. m.
Levanto la mirada, esta vez no en un suspiro, para ver lo que sigue, estaba con los ojos quietos, fijados en el suelo, la presencia de sonidos del cuerpo se hacia notar por la fricción de las suelas de las zapatillas nuevas contra las baldosas gastadas y enaltecidas de esta capital omnipotente, falsa, ajena y comercial, y el monótono ritmo que marca el corazón cuando se atraviesa muerto el quejumbroso oxido de los centros comerciales en tucumán, al paso las gentes y sus disfraces corporativos, todas señoritas y señorcitos de traje y peinados empresariales, alborotados precipitándose presurosos a un horario de trabajo, trajes con hilos imperceptibles y rebeldes que se separan del tejido por el cotidiano devenir, trajes que todos los días deben ponerse para abandonar sus vidas y reunirse en este espectáculo de títeres y titiriteros que observo al pasar, gente que supone poder económico con una mirada altiva sostenida por una solapa gastada, gente que deja fluir en sus venas la sangre espesa del rebaño, algún necio comentario sobre mi corazón apesadumbrado y una carcajada para seguir escribiendo, en las "sogas" metálicas blanco tiza de los diarios, sus vitrinas escupidas por el sol y el culo de mil mujeres que atentan contra mi tranquilidad, sacudo la cabeza como quien se seca al salir del mar, mojado esta vez con toneles de prostitución socialmente aceptada en un mercado que mueve mucho más dinero que el de las verdaderas putas, frente de mi una plaza, frente a la plaza la estación de trenes de tucumán, me sujeto a las rayas blancas que cruzan la calle en una procesión llamada senda peatonal,¿y si alguien me mirara desde arriba de una montaña?¿no parezco una ficha en medio de un tablero inmenso y absurdo?, el instinto de rebaño nos ha enseñado que debemos cruzar las calles por la senda peatonal cuando el semáforo este en verde, o ahora, con el muñequito blanco dando el paso, la horda de gitanos que me rodea se amontona como el ganado cuando lo arrean a la manga, aun inconformes con la jornada de manoseo siguen la rutina de llegar a sus hogares bajo las disposiciones generales de un dimensionamiento urbano del que solo participaran en la subordinación, como una ficha cuya inutilidad la conduce nuevamente a la caja, mientras dure la partida, hasta la revancha, o hasta que el jugador vuelva a tener ganas de jugar, que trágica es la conciencia de una ficha que sabe que el jugador es la misma ficha, que idiota la ficha que cree que el jugador es dios, que insoportablemente ingenua es la ficha que no se da cuenta que al cruzar una senda peatonal se es una ficha, cruzamos la calle puesto que el semáforo esta en verde, muchas de las ovejas cansadas miran el suelo y apuran el paso, la yunta de puntos negros que suponemos sobre el estampado de asfalto se frena de golpe, un colectivero a decidido no respetar las reglas de los colores del semáforo, no ha visto el cambio, o se estará durmiendo en su trono de absurdo poder, el colectivo pasa, la gente avanza como si nada hubiese pasado.Todo un sistema de convivencia fundado en los códigos de la ciencia y la tradición de la matemática, siendo la matemática la reina de las abstracciones, como tal es individual y subjetiva, inaplicable a los individuos con equidad, salvo que los individuos sean fichas, cosa que a pesar de las apariencias y las costumbres no somos ni seremos.Así entiendo uno de los errores que se han transformado en cosas ciertas, el hombre se recuesta confianzudo sobre la lógica aparente de una simple sumatoria, se recuesta en ella y a veces muere por ello, contemplándolo, como si fuera un accidente y no la falta de sentidos.-
♥ He Dicho.-